lunes, 15 de agosto de 2016

Tecnofobia y Tecnofilia

El avance tecnológico ha sido un acierto en la sociedad, pero ha traido una moderna enfermedad mental que la padecen muchos.
La tecnología en la actualidad es la base de las sociedades que están en constante desarrollo. A lo largo de la historia la tecnología ha ido avanzando de manera exponencial, con nuevos inventos útiles, innovadores e impresionantes para darle cada día más y mayores comodidades a los seres humanos.
Desde que dicho avance llegó al punto de lograr una comunicación ilimitada gracias al Internet, dicha red se ha convertido en un símbolo, una necesidad e indispensable para la mayoría de personas en el mundo; pero todo tiene su lado oscuro, ya que su creación y evolución han traído como consecuencia la aparición de enfermedades modernas como adicción a la tecnología y tecnofobia.
 

 

LA TECNOFOBIA:

La tecnofobia  es el miedo o aversión hacia las nuevas tecnologías o dispositivos complejos, especialmente ordenadores. A pesar de que son numerosas las interpretaciones realizadas sobre este concepto, parece ser más compleja puesto que la tecnología sigue evolucionando a un ritmo imparable. El término se utiliza generalmente en el sentido de un miedo irracional, pero otros sostienen temores justificados. Se relaciona con la ciberfobia y su contrario, la tecnofilia. El Dr. Larry Rosen, psicólogo, investigador, educador y profesor de la Universidad Estatal de California, sugiere que hay tres subcategorías dominantes de los tecnófobos: los "usuarios incómodos", los "tecnófóbicos cognitivos" y "tecnófóbicos ansiosos". No necesariamente se trata de un miedo irracional, la tecnofobia también se refiere principalmente al rechazo de nuevas tecnologías, generalmente está justificado y no necesita ser curado como otras fobias. La existencia de la tecnofobia es un factor para que existan analfabetos tecnológicos (personas incapaces de manejar un ordenador o un cajero automático).


  Las nuevas tecnologías, que tantas ventajas suponen, crean sin embargo trastornos psicológicos específicos, ya sea por abuso, miedo o inseguridad. La moderna Psicología ya puso nombre a estas tipologías: tecnodependientes, tecnoadictos, tecnófobos y tecnoestresados. Respecto a estos últimos, dos de cada tres personas confiesa tener problemas con los aparatos digitales y una de cada tres admite haber sufrido estrés laboral con las nuevas tecnologías.El catedrático de Psicobiología en la Universidad de Murcia, José María Martínez Selva, lo llama “Tecno-estrés”, y así tituló el libro donde analiza este fenómeno e intenta orientar a quienes lo padecen. Estas tecnologías generan casos de ansiedad y mala adaptación por parte de muchas personas, generalmente de edad media o avanzada, aunque también hay que tener en cuenta los casos de tecnoadicciones entre los jóvenes y los riesgos de ciberacoso que generan las redes sociales. 






TECNOFILIA:
  Tecnofilia es un concepto formado por dos términos: tecnologia (las técnicas y los conocimientos que posibilitan la utilización práctica de los conocimientos de la ciencia) y filia (el apego, la simpatía o el interés por algo). La tecnofilia, por lo tanto, se vincula a la afición a las cuestiones tecnológicas.
  
Existen diferentes grados de tecnofilia. En la actualidad, la mayoría de los seres humanos tiene un cierto apego por la tecnología ya que diversos dispositivos son empleados de manera cotidiana. Las comunicaciones, la actividad laboral y hasta el entretenimiento dependen en buena parte de lo tecnológico.
Hay personas, sin embargo, que desarrollan un elevado grado de dependencia a la tecnología. En este caso, la tecnofilia se convierte en una obsesión y genera distintos problemas. Un individuo con una marcada tecnofilia siente frustración si no puede comprar un nuevo producto, incrementa su nivel de ansiedad si no tiene conexión a Internet o puede sufrir una crisis nerviosa si su computadora (ordenador) o teléfono celular (móvil) dejan de funcionar.

Algunos especialistas consideran que la tecnofilia es una auténtica adicción. La persona que, por algún motivo, se ve forzada a permanecer alejada de los elementos tecnológicos puede experimentar sensaciones similares a las que enfrentan aquellos adictos que no tienen acceso a la sustancia de consumo (alcohol, cocaína u otra). La conducta que generaba placer (el uso de la tecnología en el caso de la tecnofilia) ya no puede ser controlada por el sujeto, cuya existencia pasa a girar en torno a la repetición del hábito en cuestión.
La tecnofilia puede llevar a un individuo a gastar mucho dinero en dispositivos electrónicos que no necesita, solamente por el placer de contar con lo último de lo último, con los productos más recientes y avanzados del mercado. En otras palabras, el grado más alto de esta afición a la tecnología puede nublar el criterio de la persona y llevarla a consumir artículos sin importar su calidad o las prestaciones que le ofrecen, sin importar que esto ponga en riesgo su propia situación económica.


 
Este fenómeno tiene lugar especialmente entre los amantes de la informática y los videojuegos, aunque algunos tecnófilos también compran productos que no necesariamente pertenecen al conjunto de dispositivos de su rama preferida. Por ejemplo, hay personas que adquieren cada versión de una consola de videojuegos que sale al mercado, incluso si sólo difiere de la anterior en su color, simplemente porque no pueden resistirse a la idea de tener un aparato nuevo. Del mismo modo, aunque no le interese tanto la telefonía móvil, quizás también destina parte de su dinero al teléfono más reciente de su compañía favorita, un gasto generalmente innecesario dado el poco espacio que suele tener la innovación en este ámbito.

Algunos de los términos usados como sinónimos de tecnófilo son consumistas compulsivos y adictos a la tecnología, pero carecen del impacto propio de una sola palabra. Por otro lado, existen varios términos con un tinte agresivo o despectivo, como es el caso de tecnobobo, ya que la palabra “bobo” se define como “tonto, simple e ingenuo”.
Por otro lado, dependiendo de la tecnología a la que cada tecnófilo sea adicto, existen perfiles definidos de cada uno de ellos, ya que se los trata por separado para llegar al fondo de su necesidad desmedida; es posible hablar de adictos a los teléfonos móviles, a las redes sociales, a los videojuegos, a los ordenadores o a Internet, entre otros y sus respectivas combinaciones.
Así como ocurre con otras adicciones, la tecnofilia puede conducir a situaciones muy preocupantes, caracterizadas por el descuido del aseo personal, la irregularidad en la alimentación, el fracaso escolar o profesional, la agresividad, la comunicación deficiente y, como resultado inevitable de todas ellas, la soledad.


                     "DOS EXTREMOS"